Cuento: El paraguas defectuoso

En una fábrica de paraguas se encontraba un trabajador verificando la calidad de los mismos, los abría y cerraba para ver si funcionaban bien…lo hacía tan rápido que cuando se encontró con este paraguas que se cerraba repentinamente y con fuerza, se sintió tan contrariado que lo dejó a un lado recargado en la pared para tirarlo a la basura mas tarde. En un descuido, pasó otro trabajador de la fábrica y al ver el paraguas en la pared pensó que había sido olvidado, así que lo colocó dentro de la caja donde estaban los que irían a venderse al supermercado.

En esos días que no cesan de llover, un señor decidió ir comprar un paraguas. Escogió uno al azar y al verlo se convenció del precio y ni siquiera pensó si servía.

Al momento de salir del supermercado, abrió el paraguas y ¡pas! El paraguas se cerró dejando al señor aprisionado entre sus alambres dobladizos. El señor mojado y muy molesto lo aventó a su cajuela y se olvidó del defectuoso paraguas los siguientes meses.

Un buen día, fue a la playa y el sol estaba cayendo a plomo…fue ahí que se acordó del paraguas. Lo sacó y pensó: Tal vez sirva. Al abrirlo, el paraguas se cerró con mucha fuerza y el señor que se encontraba dentro de él, se prometió así mismo, nunca mas comprar un paraguas sin probarlo y mientras pensaba eso, lo aventó a la basura.

Más tarde ese mismo día, un viejito muy pobre encontró el paraguas defectuoso y se sintió tan feliz porque ¡estaba nuevecito!
Llegó a su casa y se lo mostró a su esposa que le dijo: “Seguramente te lo robaste”.
En la primera lluvia, el viejito buscó un pretexto para usar su paraguas. Salió a la calle, lo abrió y ¡pas! El paraguas lo atrapó con toda su fuerza. El viejito sonrió levemente y le hizo dos agujeros para poder ver a través de él y siguió su camino en la lluvia con su paraguas nuevo.

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